viernes, 23 de marzo de 2012

Caso 2: Der Räuber, de Benjamin Heisenberg, por Luciano Alonso

Atrapado sin salida

Johann Rettenberg sale enlibertad luego de cumplir una condena de seis años por un intento de robo a unbanco. Mientras permaneció en prisión, no hizo más que entrenarinfatigablemente. Es aficionado a correr.
Lo primero que hace es alquilar unahabitación barata. Valiéndose de una máscara y un rifle, decide robar un banco.El temperamento de Johann es más bien el de un solitario apacible eintrovertido, aunque el robo lo excita manifiestamente.
Luego, asiste a una oficina deempleos. Allí, se reencuentra con Erika, con quien habría estado relacionadoantes de cumplir condena. Ella está ocupada con su trabajo y no puedenconversar en ese momento, pero luego Johann decide ir a visitarla. Ella es muybonita y amable. La madre de Erika, recientemente fallecida, sería el vínculoque los une. Erika le ofrece una de las habitaciones de la casa, donde Johannpuede instalarse hasta que su situación mejore. Johann participa de unaimportante maratón para corredores en Viena y gana el primer puesto. No obstante,vuelve a robar otro banco, con éxito. Se ha instalado en casa de Erika, quienno sospecha de sus atracos. Johann guarda el dinero de sus atracos en vulgaresbolsas de residuo, que esconde debajo de la cama.
Con la ayuda de un dispositivoelectrónico, Johann monitorea sus pulsaciones, que se aceleran notablemente enlos momentos delictivos.
Erika lo invita al cine. Seacuestan juntos.
Johann redobla la apuesta. Robaun importante banco y, mientras huye de la policía, roba otro banco. Ladistancia entre un banco y otro es apenas de unas cuadras. El operativo es unéxito. Consigue despistar a la policía.
Erika descubre el dineroescondido. Se siente desilusionada.
Johann compite nuevamente en unamaratón y vuelve a ganar. Luego de la competencia, es abordado por eldesconcertado asistente social, quien no consigue entender la razón por la queJohann parece tan mal predispuesto a colaborar. El asistente social se ponecargoso, lo acosa. Johann lo mata golpeándolo brutalmente en la cabeza con eltrofeo que acaba de ganar. Abandona el cuerpo sin vida del asistente social.Enseguida, la policía encuentra el cuerpo y relaciona los hechos. Interrogan aErika, quien ha perdido el rastro de Johann.
Al poco tiempo, Johann y Erika sereencuentran y Erika lo denuncia.
Arrestan a Johann, quien se fugaincluso antes de que pueda firmar su declaración.
Huye a través del bosquenocturno, en una escena onírica y bella, atravesada por una persecuciónangustiante y poética que se prolonga hasta el amanecer.
Johann secuestra a un solitariohombre entrado en años, quien vive en una cabaña que toma por asalto. Mientraslo maniata, el hombre se resiste y apuñala a Johann, hiriéndolo gravemente.Johann roba su automóvil y prosigue su fuga. Se desangra irremediablemente. Un helicópterode la policía lo ha identificado. Con asombrosa inteligencia estratégica,Johann burla la vigilancia, intercambiando ropa y automóvil con una víctima queaborda en un parador en la carretera.
No obstante, Johann estáterriblemente herido. La sangre asoma hasta su boca. Paralelamente, observamos a la angustiada Erika. Johann decide llamarla por teléfono móvil.
Johann quiere que ella loescuche, quiere saber que ella está del otro lado, mientras exhala su últimoaliento.
La última escena es terrible. La neblina y la carretera y el indolente movimiento del parabrisas conforman un momento de una epifanía agónica y cruel.
La película ha terminado y lasexplicaciones o justificaciones psicológicas o morales de la historia que acabade ser narrada, brillan por su ausencia.
Y es un extraño alivio que asísea.

Mi escena favorita: Erika descubre la máscara que utiliza Johann ydecide ponerse ella misma la máscara. No hace falta que diga una palabra. Sudolor y su desilusión llegan hasta el espectador, atravesando la máscara.


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